Historia de nuestra casa: Un refugio familiar

La historia de nuestra casa comienza con la visión y el amor incondicional de mi madre, Teté, quien siempre había soñado con crear un espacio único y especial donde la familia pudiera reunirse y disfrutar de la naturaleza. Con una pasión inigualable, dedicó todo su tiempo y esfuerzo en planificar y diseñar cada rincón de esta casa. Cada espacio, cada ventanal, cada uno de los materiales empleados fueron elegidos cuidadosamente por ella, reflejando su deseo de crear un hogar acogedor y lleno de vida.

Diseño y detalles

Esta propiedad fue diseñada tratando de armonizar su característico estilo con la belleza natural de Argüero. Con una ubicación privilegiada, la finca regala unas vistas espectaculares en cualquier época del año, convirtiéndose en un lugar ideal para dejarse abrazar por la naturaleza. Sus amplios espacios interiores promueven la convivencia, el descanso y los recuerdos en familia, mientras que los jardines y zonas al aire libre animan a respirar profundo, a compartir juegos, a relajarse, y disfrutar de cada rincón de este edén.

Un espacio de ilusión y cálida acogida

Desde su inauguración, nuestra casa ha sido un símbolo de ilusión, compromiso y esfuerzo. Cada rincón está impregnado de recuerdos: risas compartidas alrededor de la mesa del comedor, tardes de cartas en el porche, charlas familiares junto a la chimenea y muchos juegos y deporte al aire libre durante los cálidos días de verano. Hoy lo compartimos con nuestros huéspedes deseando que sientan la misma felicidad que nos invade a nosotros cada vez que estamos allí. Es un lugar donde surge la amistad y donde cada visita está teñida de cariño y calidez.

Legado familiar

Esta casa, construida por Teté con tanto amor y dedicación, no sólo es un refugio físico sino también su gran legado. Ha sido testigo de nuestras vidas, de la evolución de nuestra familia y de los valores que nos inculcó y que llevamos muy presentes. La visión de mi madre sigue viva en cada rincón, y su legado se transmite a las futuras generaciones, quienes también encontrarán en este lugar su refugio donde crear sus propias historias.

Y este relato termina con mi reconocimiento y profundo agradecimiento a otra persona extraordinaria, mi padre, quien, con un enorme esfuerzo, apostó y apoyó siempre esta causa, sin tí mi querido Elo, nuestro edén no hubiera sido posible. Gracias por tanto….

La historia de nuestra casa es más que la suma de materiales y diseño; es un testimonio de amor, compromiso, unión familiar y conexión con la naturaleza. Es un espacio donde las risas resuenan, las historias se cuentan y los recuerdos se crean.